Viaje a Japón - V

¡Nos ibamos a Hiroshima!

Dejamos las maletas en recepción para que las llevasen directamente a Kioto. Decidimos hacer Hiroshima y Miyajima en un mismo día: Hiroshima por la mañana, y la isla de Miyajima por la tarde (precioso ver el amanecer allí, y mirad la foto que os dejo aquí abajo...nos esperaba un sitio increíble).

Fuimos a la estación para activar el Rail Pass y reservar los asientos.

El Japan Rail es cómodo y rápido.

Vimos en la estación 'cajas Bento', que son cajitas con comida para comer en el tren.

En hora y media llegamos a Hiroshima y nos fuimos al hotel, que estaba muy bien y situado cerca de la estación.

Fue muy triste la visita a Hiroshima, ya que fue donde ocurrió el primer bombardeo atómico en la historia, el 6 de agosto de 1945, en el final de la II Guerra Mundial por la aviación de los EEUU. Es una ciudad totalmente reconstruida.

Cogimos un tranvia frente a la Estación Central para llegar al Parque Memorial de la Paz. Cogimos el número 6, pero el 2 también servía, y nos bajamos en Genbaku-Domu mae Sta.

Lo primero que vimos fue la Cúpula de Genbaku, el único edificio que quedó en pie tras el ataque.

Os dejo foto del antes y el después:

Es muy triste como acabó todo...

Vimos todo el parque, las grullas de papel, el monumento a las víctimas infantiles...

Después nos fuimos al Museo de la Paz, que da muchísima pena... música que acompaña todo el recorrido, objetos totalmente derretidos, historias de gente que murió, una réplica de la bomba atómica, una representación del antes y el después de Hiroshima... 

Había un puesto donde podías firmar una solicitud de abolición de las armas nucleares, así que yo la firmé, firmé una petición que muchísima gente ya había firmado, pero mirad el caso que hacen...

Después de ver lo que sufrió Hiroshima, nos dirigimos hacia la Isla Sagrada de  Miyajima.

Tuvimos que coger un barco y llegamos en 15 minutos, aproximadamente. Recuerdo lo que disfruté allí, se respiraba paz y tranquilidad, era precioso, ojalá volver allí. 

Encima atardeciendo, era aún más bonito.

Allí, al ser sagrada, no se permiten ni nacimientos ni enterramientos. Tampoco se permite talar árboles, y aquí una de mis cosas favoritas: ¡hay ciervos en libertad por toda la isla!

Nos reímos muchísimo con los ciervos, nos perseguían para que les diesemos comida!!

Un poco más y se comen a mi padre...

 Fuimos al Santuario Itsuhushima, un templo sintoísta Patrimonio Mundial de la Unesco, la puerta del santuario es el Torii gigante sobre el mar, y nos sentamos a ver las vistas, viendo como subía y bajaba la marea y como atardecía, disfrutando de la isla. ¡Un 10 le doy!

Ya de noche volvimos en el Ferry, cenamos unos Noodles, y a dormir. Al siguiente día tocaba Kioto.

-Continuará en la próxima entrada...